viernes, 14 de noviembre de 2008

Un inspiradísimo Luis Fabiano nos hizo recordar los mejores tiempos.


Tres magistrales goles de " O Fabuloso" encarrilaron al Sevilla FC hacia los octavos de final de la Copa del Rey ante una Ponferradina que vendió cara su derrota.

Esta vez hizo el Sevilla un partido que, lejos de deambular como lo hiciera en partidos anteriores, quiso gustar a sus afcionados y lo consiguió. Planteó bien el juego ante una Ponferradina que quería hacer la machada del Real Irún y jugó inocentemente al fútbol. Al buen fútbol y ahí, al Sevilla pocos equipos se le resisten. Y es que, cuando al Sevilla no se le presiona y se le deja actuar cómodo, se desmelena y vuelca toda su rabia contenida en la meta contraria.

Todas las líneas actuaron al unísono, hubo entendimiento entre los jugadores, pases magistrales y un Jesús Navas que está que se sale. Este es el Sevilla que todos conocemos y al que tanto añoramos. No podemos ponerle paliativos a esta victoria. La Ponferradina dio una imagen de equipo hecho y ya ha demostrado, ante el Sevilla FC, que no es un equipo al que se le pierda el respeto.

Los desdoblamientos que se echaban en falta volvieron, los pases a primer toque aparecieron, Adriano cuajó una gradísima actuación...el equipo funcionó.

La clave del éxito sevillista volvió a estar, valga decirlo una vez más, en que el equipo de la Ponferradina vino a jugar al fútbol, a no presionar sino en los momentos necesarios, a cotragolpear y casi a punto estuvo Rubén Vega de conseguirlo. De hecho así fue, pero para desgracia del equipo leonés y para suerte del Sevilla FC, ni el árbitro ni el juez de línea vieron el gol. No podemos llamarle gol "fantasma", porque sí fue.

Me gustaron ambos equipos. Jugaron muy bien, plantearon pefectamente sus estrategias y ganó el mejor y el que más experiencia tiene.

Lástima de que la gran actuación de Lus FAbiano "O Fabuloso" no sea regular, porque es similar a Curro Romero. Esencia pura, pero tiene que tener su tarde.

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