NO LLORES POR MI ARGENTINA

Es la imagen del día. Ya estaban totalmente desahuciados y en el minuto 85 Boletti remata un rechace desde fuera del área. Era el gol que daba a Argentina el pase a la repesca. El júbilo se adueñó del banquillo argentino, la euforia desatada de un hombre que se sentía impotente ante el descalabro que durante toda la clasificación estaba mostrando el equipo de sus sueños. La selección de Argentina.
Pero a Maradona le bastó ese gol, no sólo para soltar toda la adrenalina que durante el partido había acumulado, sino que, ya hecho un “instructor” consumado, dio también rienda suelta a esa venganza que solo los impotentes saben hacer uso de ella. La venganza infantil, la venganza llena de resentimiento, la que nunca debió utilizar por más que sus propios medios de comunicación le desmenuzaran haciéndolo mil pedazos cada vez que Argentina perdía un encuentro.
Aprovechó esa euforia desatada para arremeter contra ellos. Contra los que durante esa clasificación lo crucificaron. Contra los periodistas que criticaban el mal hacer de una selección que tiene a todos sus jugadores exportados por su reconocida valía.
“Que la chupen”, “que sigan mamando” es ni más ni menos que decir: Vais a tener que aguantarme hasta que yo quiera. Soy el mejor, he llevado a Argentina a la repesca y soy el mejor entrenador del mundo porque estoy entrenando a una selección que ha sido varias veces campeona.
Pues, al mundo entero le demostró algo muy distinto. Le demostró que cómo jugador fue una maravilla, pero como entrenador no vale ni para entrenar juveniles y ya, como persona, a la vista y al conocimiento de todos está: Droga, sexo, violencia, flirteo con varias demandas judiciales en varios paises y ninguna categoría para saber llevar un equipo de la talla de la selección argentina.
Y no digo categoría por su saber cómo futbolista, no. Categoría humana, elegancia, educación, respeto y saber estar.
Puedes estar tranquilo que no va a llorar por ti Argentina. Sí lo hará por Messi y por el Campeonato Mundial de 2010.
Por Messi porque es un jugador que no supiste sacarle el rendimiento que él tiene.
Y por el Mundial 2010 porque, a menos que cambie la AFA de entrenador, tampoco estará en la fase final. Amén de la apatía que has generado con juego y con la desfachatez y prepotencia que te adjudicas de este humilde pero comprometido cargo.